AP/JON GAMBRELL - Todo ello demuestra una vez más la implicación de Arabia Saudí en su objetivo de consolidar un sistema económico fuerte y diversificado, que cada vez dependa menos del petróleo
Todo apunta a que Arabia Saudí construirá tres plantas siderúrgicas por valor de 9.300 millones de dólares. Con esta medida, el Reino pretende desarrollar su sector industrial y reducir la necesidad de importar hierro y acero del exterior.
Según el ministro de Industria y Recursos Minerales, Bandar Alkhorayef, los proyectos contarán con una capacidad combinada de producción superior a los 6 millones de toneladas.
Uno de ellos será un complejo integrado de producción de láminas de hierro que, según informó la Agencia de Prensa Saudí (SPA), logrará alcanzar una producción de 1,2 millones de toneladas anuales, centrándose en la construcción naval, oleoductos, plataformas y enormes depósitos de petróleo.
Otro de los proyectos se encuentra aún en negociaciones con posibles inversores internacionales, pero la idea es alcanzar un acuerdo para la creación de un importante complejo integrado de producción de superficies de hierro con una capacidad anual de 4 millones de toneladas de hierro laminado en caliente, 1 millón de toneladas de hierro laminado en frío y 200.000 toneladas de hierro estañado.
Con él se pretenden atender la demanda del sector automotriz, de empaques de alimentos, electrodomésticos y tuberías de agua, según SPA.
El último de los proyectos consistirá en la creación de una fábrica destinada a la producción de bloques circulares de hierro que logre el millón de toneladas anuales, con el objetivo de favorecer la producción de tuberías de hierro sin soldar, usadas principalmente en la industria del petróleo y el gas.
Estas iniciativas demuestran por qué Arabia Saudí es la economía más grande del mundo árabe; un país que está expandiendo sus sectores industriales, mineros y manufactureros como parte de la estrategia “Visión 2030”, con la que el Reino pretende reducir su dependencia del petróleo y diversificar su economía.
El citado plan ya está dando sus frutos, y es que según la Autoridad General de Estadística (Gasat), el índice de producción industrial (IPI) de Arabia Saudí aumentó un 17,7% este julio en comparación con el mismo mes del año pasado.
“Este aumento se puede atribuir al aumento en la minería, la explotación de canteras, la manufactura y el suministro de electricidad y gas”, aseguró.
Además, el Reino se encuentra sumido en un plan nacional que cuenta con más de cuarenta recomendaciones con las que se pretende estructurar el sector del hierro y el acero. Entre ellas destaca la revisión y aprobación de dieciséis políticas y legislaciones, así como la creación de una academia de hierro y un centro de investigación y desarrollo.
“Esto nos ayudará a enfrentar y abordar los cambios globales y locales para garantizar la sostenibilidad y la resiliencia del sector frente a las variables económicas y geopolíticas”, afirmó el ministro Alkhorayef.
Arabia Saudí pretende activar la producción local de todo tipo de productos siderúrgicos, explotando el hierro, el acero e incluso la hojalata, para potenciar sectores como el energético, el automovilístico o la industria alimentaria.
El Reino ya ha comenzado a atraer fabricantes internacionales con la intención de establecer una base sólida de producción en el país. A principios de 2022, Lucid Group, fabricante de automóviles respaldado por el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí, afirmó que comenzaría la construcción de su primer gran centro de fabricación a nivel internacional en el Reino en la primera mitad de este año.
Lucid es una importante empresa que incluso cotiza en Estados Unidos y que ya ha firmado acuerdos con el Ministerio de Inversiones saudí, el Fondo de Desarrollo Industrial de Arabia Saudí y la Ciudad Económica en la Ciudad Económica Rey Abdullah para llevar a cabo dicha fábrica.
En abril, Saudi Arabian Military Industries también firmó un acuerdo con Boeing para desarrollar una empresa conjunta con el fin de localizar la fabricación en el Reino y crear más empleos en el país.
Todo ello demuestra una vez más la implicación de Arabia Saudí en su objetivo de consolidar un sistema económico fuerte y diversificado, que cada vez dependa menos del petróleo.
Para líderes mediterráneos y atlánticos, quiere ser el puente de comunicación, información y entendimiento entre culturas.