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Por una fracción de segundo, el ordenador no es capaz de digerir la velocidad que alcanza la berlina más salvaje de Audi

El Audi RS 6 Avant de última generación es lo más parecido a la berlina perfecta, el coche al que todo padre de familia debería aspirar en su vida. Después de todo, apenas quedan en el mercado coches así, con un motor V8 biturbo que desarrolla una potencia de 600 caballos y entrega un par máximo casi infinito, 800 Nm constante entre las 2.050 y 4.050 revoluciones por minuto. Si encima añadimos a este maravilloso cóctel un escape Akrapovic, tenemos como resultado un auténtico lobo con piel de cordero capaz de aullar de forma salvaje y con licencia para acelerar hasta los 305 km/h con el llamado pack dinámico RS plus.

El canal de YouTube AutoTopNL tuvieron la oportunidad de probar una de esas joyas de Ingolstadt modificada además por los especialistas de Akrapovic. Y es que esos 306 km/h que hemos citado, están también autolimitados electrónicamente. Liberado de esas y otras ataduras electrónicas, el probador que vas a ver en este vídeo, tiene bajo el pedal del acelerador 700 caballos de potencia y está en una Autobahn, dispuesto a superar los 330 km/h, en busca del límite real del coche.

Lo más curioso de todo llega cuando momentos después de que el automóvil cruce la barrera de los 324 km/h, algo extraño le sucede al velocímetro: vuelve a caer a cero. La velocidad del automóvil no varía y no hay luces de advertencia ni nada por el estilo en el cuadro. Sin embargo, por unos instantes, los ordenador de a bordo del coche no son capaces de digerir la velocidad real que éste esta ganando hasta el punto que el Audi Virtual Cockpit se detiene de manera abrupta.

Tan pronto como el velocímetro cae a cero, vuelve a saltar hasta los 320 km/h y todo queda solucionado. No está claro por qué el automóvil pensó brevemente que no se estaba moviendo, aunque si tuviéramos que adivinar, apostaríamos por un sensor de velocidad defectuoso o simplemente, que incapaz de funcionar correctamente a este nivel de prestaciones, porque no llega a reflejarse ningún un error como tal en el cuadro... Sea como fuere, el vídeo resultante es espectáculo puro.

Vía: Road & Track