Arcelor está vendiendo sus productos entre un 30 y un 40% más caros. Es un porcentaje orientativo porque depende del tipo de producto, el continente al que se venda e incluso, el día. Una bobina de acero laminado en caliente que antes hace un año estaba a 800 euros la tonelada puede costar ahora, con todos estos matices, unos 1.100 euros. Los analistas internacionales sitúan en un 40% la subida del acero en los mercado de todo el mundo.
Se trata de un repunte de precios que beneficia a la acería asturiana, pero con matices. El margen no es tan grande como se podría esperar porque a la vez que sube el acero suben aquellas materias primas que Arcelor necesita para producir como mineral de hierro, carbón o chatarra.
La razón de esta subida está en la activación repentina y global de la demanda. Más acero para construcción, para torres eólicas y bases de paneles fotovoltaicos son los pedidos que más se han incrementado en Arcelor. No tanto, eso sí, los coches que han parado muchas líneas en todo el mundo por falta de componentes electrónicos.
Esta escalada de la demanda generalizada ha provocado problemas puntuales de suministro pero en Arcelor Asturias ya se ha equilibrado la producción. Las previsiones de la empresa es seguir produciendo a tope de capacidad al menos hasta finales de 2021.
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