En tiempos de pandemia los problemas de ruido que afectan a las viviendas se hicieron más notorios dado el mayor tiempo presente de sus habitantes y vecinos. De este modo los propietarios pudieron detectar aquellas molestias que afectan el bienestar, alterando el descanso y la concentración, lo que finalmente genera un mayor desgaste físico y emocional.
“La mayor cantidad de reclamos de ruido en viviendas, están asociados a transmisión de sonido a través de entrepisos, como pasos, saltos y caídas de objetos. Otro factor es el ruido de instalaciones y maquinarias, como salas de bombas, descargas sanitarias y ascensores, cuyo funcionamiento rutinario termina por impactar el confort acústico de una vivienda”, sostiene Catalina Avila, jefa de soluciones constructivas de Volcán. La experta en aislación acústica entrega un set de recomendaciones para el diseño de edificaciones nuevas y para mejoramiento de las existentes, de forma de optimizar su comportamiento acústico y mitigar los problemas previamente citados.
Anticipar con el diseño
Lo ideal es que al momento de diseñar una edificación, ya sea habitacional o comercial, se involucre un especialista acústico desde el comienzo, para que este profesional pueda dar sus recomendaciones en la distribución de los recintos y las configuraciones de los divisorios de conforman estos espacios, así como en las instalaciones relacionadas. “El criterio es considerar cuan sensible al ruido es el recinto a proteger y cuan ruidosas son las actividades que se desarrollan en los espacios colindantes. La idea es alejar de recintos sensibles, como dormitorios, zonas que generan niveles de ruido importantes, como son ascensores, descarga de basura, salas de eventos y pasillos”, agrega la experta de Volcán.
Cuando se trata de optimizar viviendas ya existentes, lo primero es detectar cuál es la fuente de ruido y como se transmite (aérea, estructural, impacto, vibraciones, etc). Con esto claro, se pueden diseñan soluciones acordes a la fuente a tratar.